viernes, 21 de diciembre de 2007

A casa con Sofía

La llegada a casa con Sofi fue tranqui, ya más adaptada a la situación (yo). Aunque en la primer cesárea llegue a casa y me quedé levantada atendiendo gente y me dije mil y una vez que no lo volvería a hacer... me quedé levantada atendiendo gente, reposo: 0.- Usar la faja lo requerido: 0.- Ponerme cremas y cuidarme: 0.- Tomar el hierro y ácido fólico que tanto necesita mi cuerpo para seguir andando: 0.-
En fin... la casa patas para arriba, Santi super celoso...por momentos se olvidaba que había un integrante más en el clan y en otros momentos había que cuidar el amor asesino que sentía. Darle la teta a Sofía: un desafío. Esta vez no tenía problemas, la leche salía perfectamente y La gorda sabía exactamente lo que tenia que hacer con ese pezón que se le escondía. Pero, cada vez que me sentaba a amamantarla Santi lloraba, berreaba, pateaba, etc, etc... a veces encerrada en el dormitorio o en el baño para poder darle la teta en paz.
Para todo esto, con Sofía de 4 o 5 días de nacida mi suegra empeora su estado de salud de grave a gravisimo. Con lo cual el marido se tuvo que tomar el primer colectivo a mardel y ahi quedé con mi cesárea recién cocida, con Santi re celoso y Sofia sin entender nada. Absolutamente sola una semana con los dos y conmigo... ecuación malisima.- Me recuerdo tocándole timbre a la vecina para pedirle un saquito de te y otro día pidiéndole azúcar... horrible. Pero no podía salir a ningún lado recién operada y con la nena tan chiquita, contando además que vivia un piso por escalera. Imposible bajar con los dos. A los dias de irse Martin a mardel fallece la madre, super traumático. Montaña rusa de sentimientos, por momentos ver a Sofia tan chiquita e indefensa pidiendome desde el silencio nada porque no me pedía nada como si entendiera todo, como si supiera que no me podía hacer mas cargo de todo lo que me estaba pasando; pero con la alegría de tenerla, de verla de sentirla mía.... y por otro lado el duelo, la muerte tan cercana, tan abrumadora.
No hubiera querido estar en la piel de Martín en ese momento sin saber si disfrutar del nacimiento o llorar la muerte.-
Con todo esto, a los tres meses empiezo a probar mamaderas porque me tenia que reintegrar al trabajo... cada vez me salia menos leche, por los nervios, por el agotamiento, por todo.... así que nada, Sofia dijo: BASTA, no mendigo mas una gota de ambrosía. Y empezó con la mamadera sin problemas. Lo cual me dejó secuelas: del punto de sentirme mala mala madre por no poder alimentarla bien a pesar de todo y 10 kilos de mas que me pesan en cada rincón del cuerpo que tengo que no es mio, que jamas voy a reconocer como mio, que no me veo reflejada en el.
Continuará...

jueves, 20 de diciembre de 2007

Segunda Cesarea

Espantosa experiencia!.-
Atención en la Suizo Argentina: deprimente.

En este lujoso Sanatorio sos un número de quirófano, con lo cual ni siquiera importa el bebé que está por nacer...solamente desocupar el maldito quirófano para el próximo _$$$$.-
Me preparan para llevarme, me dan algo en el suero (no hay explicaciones mediante) con lo cual me empiezo a sentir un poco mareada. Luego de esperar que llegara mi obstetra (emocionada yo por tener hasta mi propio médico), me llevan al quirófano y llevan a mi marido a otro lado para vestirlo. Me ponen la epidural, me ponen la sonda esa con la que haces pis (horrible)... sentí todo, me dolió un montón. La doctora empieza a preguntar: ¿dónde está el marido?, desesperada miraba la hora. Llega Martín (esto es increíble) no lo pude ver vestido de quirófano porque apenas atravesó la puerta empezaron a cortar y tuve que apretar los ojos porque el dolor era terrible. Y habiendo tenido una cesárea anterior sabia que no debía doler, la anestesia no había tomado bien. Yo le apretaba la mano a Martín (a punto de quebrarsela) y grité. Martín le dijo a la doctora "le duele mucho", él sabe que si no no me quejo ni loca. El anestesista dice: "espera, no tomo la anestesia, demosle cinco minutos más"... pero parece que el tiempo es oro... nadie quería esperar. Vuelve a cortar, otra vez mi grito de dolor, no era la impresión- lo juro- sentía como cortaba la carne y me dolía muchisimo. El anestesista tomó la vía fácil, me puso oxígeno y chau.... me dormí.
Cuando abrí los ojos, nadie. La sala vacía. Escuchaba movimientos detrás de la sábana que levantan tan sutilmente para que no veas como te masacran. Pasa disimuladamente una enfermera y le pregunto: "y mi hija??" "¿qué pasó?"...( desesperante) me dice: "está muy bien con tu marido". Ah, ok, gracias... ahí estaba yo recipiente vaciado sola y tirada en una mesa de quirófano con un sentimiento tan feo, hondo y vacio al mismo tiempo. Después de unos minutos que me parecieron horas, me llevaron a la habitación. Ahí estaba mi mamá, mi papá, mi marido y Santi esperándome.... seguia sin conocer a mi hija. Pasó un tiempo bastante largo hasta que la trajeron... Experiencia espantosa.
Luego, aunque la nena no tuviera hambre la obligaban a ponerse a la teta a tratar de chupar y sofia berreaba y berreaba.
La primera noche, Martín se quedo conmigo y Santi se fue a dormir a la casa de una amiga que vivía enfrente de mi casa. Sofia dormía bien toda la noche.. yo estaba bien de la cesárea pero tenia unas contracturas y corrientes que me corrían por toda la espalda. Estaba re nerviosa por Santi, tenia miedo que llorara mucho. Era la primera vez desde el nacimiento que dormía lejos mio.
Sofia era una bebe re tranquila, dormía un montón y no jodía para nada. Una bendición.-

jueves, 13 de diciembre de 2007

Embarazada por segunda vez

Cuando Santi estaba por cumplir dos años, decidimos que era hora de tener otro bebé. Por supuesto : "lo quieres. lo tienes" al toque quede embarazada. Le contamos a Santi (q desde siempre fue un nene muy especial y hay q contarle casi todo), le gustó bastante la idea y estuvo pendiente y participo de todo el embarazo. Bah, lo hicimos participar comprando ropita, eligiendo, etc. Aunque al final de tan pendientes q estabamos de él fue contraproducente porque resulto mas celoso aun, pero ese es otro tema. Pase´un embarazo bastante mas tranquilo, aunque mas cansada porque Santi demandaba mucho, pedía upa todo el tiempo y volvió a ser bebe. sin contar q para llegar a casa desde el jardin tomaba un tren y un cole con el a upa porque aun no le daban las piernitas para subir al bondi., asi q entre la escuela con tantas escaleras, la caminata hasta el tren para ir al jardin y luego un tren y un cole, bueno... no daba mas.... Deje de laburar como a las 6 meses de embarazo por el cansancio, pero igual fue agotadort.
Tuvimos una cesárea programada porque por las razones q tuve la primera cesárea era un 95 % de posibilidades de q terminara en eso. El día de la cesárea fuimos con mi mama, mi papa, mi marido y Santi... yo estaba tranqui, aunque tenia medio cosita por Santi... miedo de q no se quisiera quedar con mi vieja (nosotros vivimos solos acá, el ve a los parientes no muy seguido, y en ese momento menos aun), de q llorara mucho, y sobre todos del después... de llegar a casa con sofia y santi, las reacciones... mil miedos.
(cont.)

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Llegada a casa y lactancia

Cuando salí del sanatorio con Santi en brazos, sentía un temor inexplicable...pensaba en que ya no podría llamar por el timbre para que viniera la enfermera a ayudarme, que si Santi tenía algo malo, o le pasaba algo yo era la única responsable. En casa, sólo deseaba que durmiera...para descansar yo y sobre todo para que no llorara; tampoco quería que llegara la noche porque pensaba en que Santi iba a llorar y los vecinos se iban a quejar. Era todo super traumatico, y encima la cesarea, y el dolor de los puntos (no me jodan, la episiotomia es un poroto!, no es una intervencion quirurgica) , no me podia agachar, ni ir al baño, menos bañarme. Cuando por fin decidi bañarme (como al quinto día de nacido Santi), me saqué la faja y sentía que todos mis intestinos estaban sueltos, que se me aflojaba todo para abajo... me tuvo que ayudar Martin (santo si los hay) con una silla en la bañera y asi sentada bañarme.
Y la teta!!, otra historia. A que es hermoso ver las fotos de los bebes tomando la teta y decimos `que momento de ternura!´.... ocho cuartos!, Santi lloraba y apenas si podia enganchar un poquito el pezón, boqueaba y no encontraba...y cuando los pechos se empezaron a llenar cada vez más, menos salia. Yo, lloraba. Pensaba que se me iba a morir de hambre, que yo era la unica que lo podia alimentar y no sabia como. Me acuerdo que en la desesperación llamamos a una amiga (Caro) que habia tenido su beba hacia dos meses, para que me dijera que hacer. (Olvidate de obstetra, en el Mendez no te dan el telefono de la obstetra...tenes que sacar turno) Caro me dijo que mojara los pechos con agua caliente y los masajeara para que saliera la leche y asi hicimos, compramos un sacaleche y empezamos a masajear. Apenas si salían gotitas y los pechos dolían cada vez más, mis tetas eran la de la Chichiolina, pero caídas...asi que era la Zapansocum en desarrollo (ya contare). Cuando por fin la leche salia me ensuciaba toda la faja, la ropa, todo...no tenia tiempo de cambiarme olia a leche podrida. Martín después de 3 o 4 días tuvo que volver al trabajo y quede desamparada...sola con Santi. SOLA. El primer día -obvio- no me salió leche y tuve que hervir el sacaleche para sacarme, con Santi en brazos llorando de hambre . Y cuando me sacaba leche, haciendo un esfuerzo sobre humano seguia con él el brazos para que no llorara, para que se calmara y yo lloraba. Yo no podía parar de llorar... Pensaba ¿dónde está lo mágico de tener un hijo? y como tengo esta mentalidad tan ambivalente, me sentía mal por no tener la capacidad de hacer algo tan normal como amamantar a mi hijo y disfrutarlo. Siempre peleando dentro mío lo racional, lo místico, lo que debe ser, lo que es, TODO.
De a poquito fui internalizando mi condición de madre, me fui adaptando (con muchas crisis) a no tener tiempo de ir al baño, a bañarme con el bebesit con Santi en el baño, a cocinar con él, a salir para todos lados con mochilita portabebe a cuestas o cochecito, a no poder charlar tranquila con Martin como antes... a tener sensaciones nuevas pero también muchas pérdidas, muchas renuncias.
Santi trajo a mi vida lo mejor, era un bebé hermoso, muy comprador y sobre todo muy dulce. Pero también trajo el descubrir cosas en mí que hasta ese momento eran desconocidas.
Así Santi fue creciendo con errores y desaciertos, con esta actitud autocritica que me destruye todo el tiempo. Siempre pensando si lo que hago está bien o mal, si lo que le enseño corresponde o no, si es correcto a nivel social o no... mil cosas que no tienen que ver con un lazo de madre-hijo normal sino con pautas que impone la sociedad y mi manera de estar bien con dios y con el diablo, y siempre siempre querer parecer normal. Tanto así que los temas de los que yo hablaba, que los libros que leía pasaron a cuarto plano. Porque no tenía tiempo de leer, porque no tenía con quién conversar lo leído, porque mi tema pasó a ser pañales, mamaderas y fiebre.-
Y al final, (a VOS te digo) si, terminé siendo una más del montón.-

martes, 4 de diciembre de 2007

Embarazo y Nacimiento de Santi

Mi primer embarazo fue el de Santi. Habíamos decidido que sólo tendríamos un hijo cuando tuvieramos una obra social para poder tenerlo bien, con todas las atenciones necesarias y no caer en un lugar cualquiera a merced de lo radicalmente público.
Cuando por fin consegui trabajo estable y una obra social bastante decente (y discutida) definitivamente estabamos listos para encabezar tal proposito. Tuvimos seis años de novios y dos de convivencia...era tiempo.-
Quedé embarazada tan rápido que ni nosotros podíamos creerlo. Comencé a vomitar a los veinte días de empezar a intentar. De ahí no paré de vomitar hasta los tres meses, bastante normal. Mi embarazo era normal, pero lo dificil era estar sola. Habia días en que no me podía levantar de lo débil que estaba por vomitar tanto y la anemia que arrasaba, y estaba sola...no tenía a nadie que pudiera venir a hacerme un té, a charlar conmigo, a estar. Martín vivió el embarazo junto a mí, con la misma (o más) felicidad.... pero no podía estar todo el tiempo conmigo, asi que la soledad le sacaba magia al embarazo (eso y los vomitos!).
Compré mil revistas de ser padres, me leí todos los sintomas habidos y por haber, me informe de todo. Me cuide en absolutamente todo para que mi bebé creciera de lo mejor. Hasta comia cereales, verduras, cosas que nunca en la vida hubiera comido. Los últimos meses fueron los más dificiles, porque a causa de la anemia que tengo la hemoglobina me bajaba cada vez más y el hematologo queria hacerme tranfusiones. Así que no me dejaba gastar energia, ni cansarme... nada, además de tomar una sarta de medicamentos todo el embarazo y darme una inyeccion de acido folico todas las semanas que me dejaba descolocada.
Pasó una semana de mi fecha de parto y Santi no nacia.... una mañana tuve contacciones, fuimos al sanatorio y nada. Después la obstetra me sacó el tapón mucoso y me dijo que faltaba muy poquito para que naciera. El Domingo 7 de Septiembre de 2003 a las cinco de la mañana empecé con contracciones, me levanté despacito para no despertar a nadie (estaban en mi casa mi mamá y mi suegra) y esperé a que se me pasaran. Me volví a acostar y a las siete, no daba más... las contracciones eran cada vez más fuertes, desperté a Martín y nos fuimos al sanatorio. Estuve hasta las doce del mediodia con contracciones cada vez más fuertes, me dieron algo en el suero para parar un poco las contracciones porque no dilataba nada. Y nada, al final sin dilatar nada la doctora decidio que debia hacer una cesarea porque Santi no nacía, no dilataba nada y habia vuelta de cordón.. podia ser peligroso. LLorando a mares me llevaron al quirofano, me pusieron la epidural con unas contracciones fuertisimas, cada vez más fuertes. Y a la una mas o menos nació Santi, lo sacaron para arriba y lloraba un montón y era muy chiquito. Lo pusieron en una mesa y lo limpiaron, yo lo veia llorar y todavia no podia caer a la realidad. La enfermera me lo trajo y lo puso 40 segundos, no más, arriba de mi hombro y automaticamente dejo de llorar. Volvi a verlo a las cinco de la tarde. A partir de ese día no dormi nunca más. Santi lloraba mucho y yo con la cesarea no me podia mover, horrible la sensación de no poder hacerme cargo. De no tener el control.... y de control se trata, a partir de los hijos uno pierde el total control.
Los tres días de internación fueron iguales, durante el día dormia como un santo, todos los que venian a conocerlo no paraban de alabar lo tranquilo que era. Pero durante la noche era terrible, lloraba todo el tiempo. La última noche que estuve internada, la enfermera lo metió debajo del agua (si, debajo de la canilla... con agua tibia obvio) y me hizo cambiarlo para ver si después del "baño" descansaba mejor... pero nada. Cuando dormia era un santo, pero cuando estaba despierto sólo lloraba.
Continuará...

El comienzo...

Dónde comenzó todo?... seguramente con el primer atraso y posterior embarazo y nacimiento de Santi. Nunca imaginé que la maternidad iba a cambiarme tanto, tanto al punto de no reconocerme. De no reconocerme frente al espejo, de no reconocer mi interior. Pasar de ser estudiante de Letras, docente y novia ocupada a ama de casa venida a menos que menos y luego madre paranoica, obsesiva e irreconocible. A ser alguien odiado por mi.
No voy a explicar... o lo voy a explicar una vez sola como para comenzar el blog: amo a mis hijos, los tuve porque quise, los desee, los esperé y los tuve. Esto puede convivir temporalmente con mis crisis interna y con todos los cambios que se sucedieron en mi.
¿Cómo se originó este blog?, puede haber muchas explicaciones.... cuando iba a la facultad me la pasaba escribiendo, escribia todo lo que me pasaba...me enfermaba estar sin escribir. Luego la realidad me superó tanto que ni el tiempo ni las ganas le dieron lugar a la escritura. Y me encerré tanto en mi misma que me empecé a enfermar por dentro.
Ahora, siento que lo de adentro está haciendo implosión y salpicando a los que quiero. Por eso, leyendo a Laura Gutman, decidí limpiarme por dentro, curarme, encontrar la cura.... y si la escritura me salvó tantas veces de la locura, hoy más que nunca la necesito. Necesito contar, para mi, para nadie... necesito ir sacando lo feo para que puedan crecer cosas lindas y así ser felíz.-